Y madre hermosa e inteligente de toda la vida en el planeta…¡cuánto estamos haciéndote sufrir!
Eres ejemplo milenario de generosidad y amor incondicional. ¿Hasta cuándo?
Mi corazón susurra a gritos:
Quiero mirarme en el brillo de tus mares, limpio de basura e ignorancia.
Quiero abrazarme en tus bosques, libres del maltrato negligente.
Quiero respirar tu frescura y transparencia, sin manchas negras absurdas…
Quiero, madre mía, honrarte y amarte, pues eres madre de nuestros hij@s, y ellos necesitan aprender a venerarte y cuidarte, como dadora suprema de VIDA.
Despertemos del sueño aterrador que ignora que SOMOS NATURALEZA.
Y expandamos el Amor y el respeto que se merece la tierra, que nos dio la vida.
Respeto desde la raíz de nuestra existencia.
O nuestros hijo@s sufrirán las consecuencias del desamor a la vida.
Por ell@s. Por la tierra. Por el AMOR.
– Yolanda González