Estamos en un momento histórico.
Aunque a primeros del siglo XX, hubo una pandemia que asoló el País con miles de muertos, y aunque a lo largo de la historia de la humanidad, ha habido muchas epidemias, hoy es diferente.
Y lo es porque las condiciones climáticas, económicas, tecnológicas y existenciales, son diferentes.
Un virus, ha globalizado el miedo y la amenaza mundial.
Un virus, nos retira a nuestros hogares, y somos afortunados por tenerlo, frente a millones de personas sin techo ni agua, ni alimentos.
Es una gran oportunidad para reflexionar. Para sentir, para pensar, para valorar lo que tenemos… y somos.
Esta amenaza actual, no debe hacernos olvidar, la crisis medioambiental tan dramática, como es la actual.
La tierra, esta descansando de toda la agresión recibida por la tecnología negligente del ser humano. Hay más aves, delfines y animales, que celebran nuestro confinamiento, como lo demuestran muchos videos y observaciones cotidianas.
Cuando acabe esta crisis sanitaria, no podemos seguir ignorando que estamos agrediendo a la naturaleza sistemáticamente, mientras ignoramos que los grandes perjudicados, serán nuestros hijos e hijas y las generaciones venideras.
Sabemos que cada mes se producen atentados contra la vida, con miles de especies desaparecidas, mares bañados con plásticos asesinos de cientos de peces, tierras enteras desvastadas por el fuego, la sequía o las inundaciones feroces.
Millones de criaturas sin agua ni comida en el otro lado del planeta, que también es el nuestro, mientras en Occidente continuamos consumiendo y maltratando a la tierra que nos da la vida.
No es casual.
De la misma forma que se maltrata a la naturaleza, prolifera la negligencia hacia los seres humanos: Guerras, genocidio y un largo listado, que podrían realmente sumirnos en una depresión sin salida y ahora están relegadas a un segundo plano por la sobre-información sobre la pandemia.
El lado positivo ante esta crítica situación, es que desde diferentes ámbitos, llevamos décadas luchando por la apertura de la Conciencia humana.
No olvidemos que todo, absolutamente todo, está interconectado como bien conoce la Física cuántica moderna.
Llevamos décadas, luchando por los nacimientos sin violencia, por la crianza respetuosa y empática, por el respeto a todo lo que está vivo sobre la faz de la tierra. Por la vida frente a la insensibilidad y la negligencia.
No es casual.
El maltrato a la tierra, habla de la cruel ignorancia sobre la función de la Naturaleza en nuestras vidas. Habla de la codicia, de la ceguera irresponsable ante las consecuencias en las generaciones venideras.
El maltrato en los partos y en la crianza, habla de la ignorancia profunda sobre la naturaleza viva que somos, y por tanto la mezquina negación ante nuestra necesidad de ternura, delicadeza y respeto, para desarrollarnos con salud y bienestar.
No es casual.
El acorazamiento de nuestra sociedad, ignora que el cuidado de la naturaleza de la tierra y de la naturaleza humana, son interdependientes.
Somos naturaleza. Como lo son todas las especies del planeta, sus plantas y sus bosques.
¿Hasta cuándo permitiremos tanta violencia contra la vida?
La depresión, desesperanza y otras respuestas, no son válidas para salir de esta crisis global.
Debemos responder.
Podemos ser solidarios y actuar ya.
No podemos esperar a que los propios sistemas políticos solucionen lo que han creado, en complicidad con el sistema capitalista negador y despiadado.
Cada día, en la familia, la escuela, en cada asociación, en cada barrio, en la calle, podemos levantar la cabeza y actuar con coherencia.
Cada día, podemos con nuestros actos, decir ¡Basta!
Queremos una sociedad más justa, más solidaria y una naturaleza viva: AHORA.
Queremos un futuro sano para las nuevas generaciones.
Sin pandemias, si. Pero también sin desigualdades de ningún género, pues la supervivencia de la humanidad, exige ya una mirada de hermandad y solidaridad.
La naturaleza del planeta y la naturaleza infantil, no pueden esperar mas.
LA VIDA, lo reclama YA.
Por que todavía, quizá, estemos a tiempo…
(Texto revisado y actualizado en base al artículo «Naturaleza infantil, naturaleza planetaria»)
Foto de Visit Greenland